Canto, para olvidar.
Oh, canto, anhelo no llorar.
Su voz, sí. Mil plegarias
ha de rezar, yo me siento tan pequeña
entre tanto que olvidar.
El recuerdo, por aquel que muero,
me desvanezco, cuán gigante
es la culpa.
Memoria, inmensa memoria.
Su amargura me envenena,
pero mi corazón es el agrio.
La veo en mi reflejo, se ríe.
Niña ojos grises; por ella
yo canto.
Profundidad en mi mente,
las larvas en mi blando
corazón, él no es bueno, la
tristeza lo ablandó.
Presencia, no la veo.
Felicidad, ¿dónde está?
Creo que la extraño, yo,
aquella niña.
No me la devuelvan,
pero tampoco roben de mi
su recuerdo.
La veo a ella, sí,
todo el tiempo.
Cortell.