Cinco de la mañana llegue a casa
todo cansado de pescar, esperando
que estuviera en casa mi amada,
según ella era una mujer divertida,
no aburrida, pero yo ya estaba lleno
de enojo porque no recibía un cariño
de ella, peor con la sorpresa que no
estaba cuando llegué, me irrite, guardé
todo lo que traía y tomé un baño caliente
por el frío que hacía.
En verdad no se cómo supo que yo había
llegado, al rato apareció toda temblorosa
de tanto licor que había engerido, y hasta
mas brava que yo porque no la
había llamado, tanto fue mi rabia que
la eché de la casa.
Hoy se lamenta de haberme perdido,
ahora estoy solo y feliz en mi casita
sin su perjuicio.
y sin sus malas mañas.