Mauro Enrique Lopez Z.

Dos de la tarde

Dos de la tarde salimos a pescar ,

el mar estaba agitado y solo éramos 

tres ,entre nosotros nos miramos 

a ver cuál de los tres decía regresemos 

porque el mar estaba bravo , 

yo no dije nada y le hice la señal 

que siguieramos el rumbo,llegamos 

al lugar y preparamos algo.

Antes que llegue la noche cojimos 

calamar para calar antes del amanecer, 

esa noche fue duro porque no podimos 

dormir y largamos el material al agua.

Lo bonito fue que se calmó el tiempo , 

nos servimos un bocado y vimos que 

el material corría rápidamente y 

exclamamos hay algo, tomamos 

la punta del material y que grandioso 

nuestro Señor que agarramos 

tres peces grandes.Con mi experiencia 

de pescador mi cálculo era de ocho 

quintales , que felicidad, tomamos 

rumbo a puerto a toda máquina porque 

sabíamos que más tarde era duro 

para entrar y ya llegaba el medio 

día.Al fin lo logramos, llegar sanos 

y salvos,pero todo empapado, como 

recuerdo ese día que fue de dura tarea 

y al final nos llenó felicidad.