La roca no soporta por siempre los vaivenes
las olas van y vienen, golpean y erosionan,
dañando la estructura si nunca ellas perdonan,
con golpes que aparecen y nunca los previenes.
La roca no resiste por más que las condenes
las olas iracundas que llegan y traicionan
son esas puñaladas que nunca las cuestionan,
y más cuando desangran la roca con sus bienes.
La roca no es eterna, tampoco lo es por dura,
el agua con su fuerza le va causando daños;
y entonces, se desprenden, porciones de su altura.
La gota que, por gota, golpea con los años,
labrando va las piedras aún con su textura
así en la vida misma, se labran desengaños...