Y esta cosa mala
muy mala,
de sangre en la punta de los pelos
y espadas en los pelos de la nariz.
Escuchando soul de los setenta
para lavar los oídos
y permitir esperanzas de prosperidad
frente a ritmos que no son música
aunque nunca, tal vez jamás
podrán establecer la diferencia.
Quiero batirme en duelo,
luchar a brazo partido
contra el destino en ciernes
sobre mi cartera y mi lápiz labial.
Sin embargo,
mis manos están vacías
no golpeo a nadie,
no pongo los ojos morados
a la vieja amargada
compañera en mi clase de yoga
y quien se burla de mí,
la pobre desgraciada
no puede entender
como teniendo menos que ella
soy más feliz.
OLLIN
05/04/2011