Jesús Ángel.

Sobre la marcha.

 

Con esa imagen del atardecer
sobre el mar, tomada
en la playa de los Locos, en Suances, Cantabria, España.

Reflejando el sol,
el agua con claridad,
un resplandor efímero
en armonía con el momento.

Las nubes,
que, como los pensamientos,
vienen y van,
se disipan sin dejar rastro.

Y esas aves surcando el cielo,
libres, sin ataduras,
sin cargas, ni del tiempo, ni de sí mismas,
representando el paso del tiempo,
tan efímero como un instante...

Sobre la marcha.

A cada aliento, a cada paso,
viviendo cada momento como único,
como se exprime el zumo de una naranja,
con plena lucidez.

Viviendo el día a día,
sin nubes ni niebla
por las ataduras del pasado,
expectativas, o ansiedades por un futuro inexistente...

Despierto, consciente,
agradeciendo el regalo de la salud
y la oportunidad que solo otorga el presente:

lo único que realmente existe.

Ante los avatares de la vida,
tormentas y tempestades:
aceptación, acción y reacción.

Y a cada respiración,
cada aliento,
cada movimiento de cada célula,
y cada latido del corazón...

¡Fluyendo sobre la marcha,
todo se torna diferente!

Por eso,
como el río en su camino
incesante en busca del mar,
desde que viven sus vidas
fluyendo sobre la marcha...

Viven el presente con más intensidad,
activos, despiertos,
conscientes en él.