Catalinaa

Envidia

Eres todo lo que quisiera ser,

Tan grácil al parecer,

con una sonrisa que acelera pulsos,

¡y todo lo haces sin impulso!

 

Me recuerdas a un pajarito,

uno muy gentil y delicado,

de todo el nido el favorito,

muy colorido y despreocupado.

 

Incluso me encuentro a mí misma mirándote,

¿pero cómo no hacerlo?

¡Si hasta los rayos del sol andan buscándote!

No es fácil reconocerlo.

 

Que elegante manera de vestir,

¡cómo te despides al momento de partir!

Y cada vez que veo sonrisas,

siento a mi corazón esperanzado,

pero esos gestos no van dirigidos a mí.

Solo quiero que ellos me sonrían como a ti.

 

¿Por qué ellos te quieren tanto?

Me lo pregunto aun cuando sé la respuesta.

Quizás la pregunta es otra,

¿por qué esa belleza en mí no se manifiesta?

 

No quiero mirar,

pero aun así lo hago.

En el fondo de mis doloridos latidos te halago.

Que ser tan dulce eres,

¡de verdad que lo pienso!,

pero igual me amargo.

 

Es que soy una envidiosa, y creo que eres magnífica.

Pero ¿por qué no puedo yo ser tan bonita?

Te contemplo y te ves tan pacífica,

suave como unos pétalos es tu risa,

mientras la mía a estas alturas,

ya suena marchita.