Olfato,
Aquí comienza la travesía,
un rastro invisible que
me arrastra hacia ti.
Como incienso secreto
guardado en la memoria
de mis cinco sentidos.
Te me vuelves etéreo,
como presagio de estrellas
posado en mis pupilas.
Mis ojos temblorosos,
se rinden en el conjuro
de tu silueta sagrada.
Prisionera de un destino
que me llama sin tregua,
Y donde todo me lleva,
inevitablemente, a ti.