A mi amor, en una noche de lunas rojas
Bajo una noche de lunas rojas,
filamentos de colores descendieron sobre nuestros cuerpos,
como si el universo, en un gesto de magia,
quisiera sellar con luz el destino de nuestras almas.
Entre caricias, risas y locuras compartidas,
tallamos en el cielo nuestra propia aurora boreal.
Un amor así no se apaga,
ni con tormentas, ni con vendavales.
Porque somos uno,
y nuestras miradas lo dicen todo.
A veces creo desfallecer,
cuando el abismo me envuelve,
pero ahí estás tú, mi amor,
mi refugio en el silencio.
Hombre de pocas palabras,
pero de gestos infinitos,
cada día me enseñas la fuerza de la lealtad,
y la belleza de sentirme libre a tu lado.
Te amo con la certeza de los años compartidos,
con la pasión intacta del primer beso,
y con la paz serena
de saber que nuestras almas
seguirán buscándose,
más allá del tiempo y de la vida