Reyerta VII
Después de tanto insulto y gran meollo,
deduje cuan letrado tal secuela:
—parece que usted nunca vio una escuela,
al menos, que su estirpe no es escollo.
Su lengua es una víbora en embrollo,
no deja que se escape ni la abuela.
Difícil puede ser, pero así vuela
el águila, del nido al desarrollo.
Con esto, pues aclaro, que no importa,
que usted diga mil cosas con envidia,
tan solo está en la joven, quien soporta.
Si pide un mezquital o un coliseo,
yo digo que hasta un rico se fastidia,
así, que morirá con su deseo.
Samuel Dixon