**~EMYZAG~**
**~Monólogo: Desde el Infierno~**
Monólogo: Desde el Infierno
Por: Srta. Zoraya M. Rodríguez Sánchez
Seudónimo: EMYZAG
Pedro corre como el viento o como el fuego que arde en el mismo infierno. El averno se cuece de una dinamita o de una pólvora corriendo entre las cuatro paredes de un infierno y Pedro se dice para sí que…
- Estoy en el infierno oscuro y muy pesaroso y me eleva el alma y el corazón dentro de un sólo dolor. Mi corazón arde como el candente fuego devorador dentro del infierno y mis alas quebradas y rotas en descender hacia lo más nefasto de todos los tiempos quedo como rasgar en silencio el sabio momento en haber caído al vacío y más al infierno. Y yo soy Pedro, el que tiene la cara bajo el sudor del dolor, del sólo sufrimiento, cuando se atormenta mi vida como una fría tormenta. Y soy el que está en el infierno con un dolor de un hálito gélido. Y yo soy Pedro, el que grita al vacío y que ya no estás aquí y en mi corazón muerto de espanto y dolor sufre como nadie y como nunca antes con un sólo dolor aferrado a mi corazón. El infierno no caduca, no expira no siente ni percibe el dolor de un hombre cuando caí aquí en el averno más febril de todos los malos tiempos. Y yo soy Pedro y estoy en el infierno más caudaloso, más petrificador, más inherente y más inerte y de todos los tiempos. Y yo soy Pedro el que soy, era y es, y caí aquí destronando la vida en un sólo infierno. El infierno es real como la costumbre de ser y de convivir una situación indeleble cuando ocurre y transcurre todo alrededor. Y yo soy Pedro, el que soy, era y es y caí en el fuego más doloroso de todo averno, cuando en el suspiro del respiro de tu sólo amor, caí en el abismo o en el precipicio de tu solo corazón. Un corazón fuerte y de latir fuerte, y de duro sentir y de percibir que su dureza me ha llevado lejos de aquí cuando en tu corazón estoy como el infierno más doloroso y de todo mal tiempo.
Pedro corre en señal de morir bajo el mando del amor y en el infierno candente de un fuego devorador, atroz y veloz, sí, dentro del cuerpo de su amada y más desde el corazón indeleble que no desea borrar su solo pasar por el mismo camino en que comienza a pasar Pedro en el infierno oscuro y pesaroso, sí, dentro del corazón en el cuerpo de Anabelle.
FIN