Me he quedado callado.
Por primera vez en la vida,
no siento necesidad de decir nada.
Todas las palabras convergen en tu pecho,
en el hueco circular de tus brazos
y en el viento marino en que se acunan
los peces temerosos de mis sueños.
Con las manos abiertas y extendidas,
me llamas a la vida, a la esperanza,
y hay gaviotas detrás de tu sonrisa
y hay una inmensa playa tendida
entre tus manos
y mi miedo\".