Sir Frido D\'Antuna

Desde la tripas al corazón.

Así como los hambrientos solo piensan y sueñan con comida. 

Los miserables solo piensan y sueñan con dinero. 

El hambriento porque solo comió arroz con arroz. 

El miserable porque siempre escuchó, \" no hay dinero\"

Y así les tocó crecer, con hambre y ambición, a lo que luego, para no avergonzarse, lo llamaron vivir con metas, propósito y esfuerzo.

Pero, en sus acciones, se descubre detrás de su hambre, (que es legítima), la glotoneria y la voracidad por comer más y mejor que el resto. 

En sus acciones, se descubre detrás de su ambición, (que también es legítima), la mezquina costumbre de esconder sus billetes y fingir la miseria para que otro les pague la cuenta.

Eso no es vivir con propósito y metas.

Eso es el resultado de una necesidad biológica que nació desde la infancia con una gran carencia moral. 

Un trauma enmascarado 

desde la niñez. 

Pordioseros desde la cuna a su tumba.

Miserables desde las tripas al corazón.