Ave que posas tu nido
Sobre la copa de mi sombra,
En el tejal de mi techo
O en el acantilado;
Que trabajas incansable
En construir tu nido,
Inclemente la tormenta
A tí no te afecta,
Alzando incansable el vuelo
una vez se haya ido.
Y en comer para vomitar
vives por tus pichoncitos,
Cantando siempre alegre
En la rama donde miro.
Quiero ser yo como tú
Aprender ese modus,
Seguro por eso tu puedes
Elevar vuelo.
Así viviré mi vida,
Como el tierno hornero,
Haciendo su hogar;
O el tierno ternero
Pastando con su mamá.
Hayo en natura el paraíso
Del que hablan los de Dios,
Donde mire hay belleza
Y donde no
Justicia, lucha o piedad.