Quiero amarte como aquellos días de novios,
en que mi vientre era refugio de mariposas,
y mis mejillas se tintaban de color rojo
de solo mirarte.
Quiero amarte como aquellos días
en que mis piernas flaqueaban
y se olvidaban de cómo andar,
perdiéndome completamente en tu mirada.
Quiero amarte con aquella timidez de primeros novios,
que con solo el roce de tu mano en las mías
enloquecía de nervios,
y en que tu sola presencia
llenaba mi mundo de alegría
en mis más oscuros días.
Quiero amarte con complejidad,
de manera incondicional,
como solo dos amantes
que se aman con pasión sabrían.
Quiero amarte hasta los últimos días de mi vida,
en el que yo parta primero de esta vida,
para que al partir, tu rostro
sea la última dicha de mi vida.
Querido amor.
Quiero amarte con todas estas condiciones…
Así que nunca partas antes que yo,
de esta vida.