Somos muchos los que deseamos una vida que nos haga sentirnos bien. No queremos llegar al final , o al mañana incluso, y darnos cuenta de que nuestra vida es un conjunto de reuniones, recibos y platos sucios. Queremos disfrutar de cierta alegría, cantar en voz alta, bailar en ocasiones, y pintar las paredes de nuestro cuarto del mismo color que tiene el cielo. Queremos dormir entre sábanas limpias, ir a esas fiestas que son de nuestro agrado, y leer libros tan buenos que nos hagan sentirnos reconfortados con su lectura. En resumen, lograr sentirnos agradecidos de poder amar nuestro regalo.