Alma Eterna

El día que se detuvo el tiempo

Mientras Mariela arreglaba sus artículos para viajar como cada día al instituto donde estudiaba, puso su radio a tocar, luego de una par de canciones escucho una trágica noticia, un atentado había destruido tres estaciones de trenes en la ciudad donde ella vivía, el comunicado acaba diciéndo que fue en horario de tráfico, por lo cual no podían aproximarse a decir cuantas victimas fatales o heridos existían hasta ese momento, Mariela dejando caer abruptamente los artículos que sostenían su manos, se apresuró a correr dónde su madre y contarle lo que había oído sobre la tragedia, enseguida levantaron el teléfono y se propusieron en llamar a Marcos el hermano menor de Mariela, ahora su desesperación agrando aún más cuando él no atendía su celular, fue así cuando la joven en un momento de desesperación y presa del pánico se dispuso a correr hacia la estación más cerca donde marcos acostumbraba a esperar el tren de acercamiento. Mariela consumida en desesperación y angustia comenzaba a imaginarse diversos escenarios, algunos positivos otros no tanto, era ahí cuando lágrimas corrían por su mejilla, como queriendo realizar un surco en su piel, ella corrió y corrió por más de veinticinco cuadras, hasta que se detuvo en seco.... Sus ojos se abrieron de par a par y su expresión de pánico, miedo, asombro, terror se mezclaron todas a la vez en su cara. Ahí estaba la estación diecisiete envuelta en ese humo negro, simbolizando un presente macabro y aterrador el ambiente olía a fierro fundido, mezclado con azufre, ese olor a quemado que se impregna por entre los poros de la piel y por último el sonido del terror, gritos, llantos, voces pidiendo ayuda, personas llorando por la partida de alguien más, niños, mujeres, jóvenes, hombres y mujeres, el escenario de una película macabra justo en el momento donde hace el ingreso aquel ser brutal y despiadado y acaba con los protagonistas, Mariela no sabía que pensar ni que hacer, se detuvo unos minutos, respiro y comenzó a mirar a todos lados, como aquel niño que sale del jardín y busca a su mamá, de pronto Mariela se detiene nuevamente fue ahí cuando sus ojos brillosos se llenaron de lágrimas, similar a los pétalos de flores justo después del amanecer, ese momento donde las gotas recorren de punta punta las bellas flores. Ahí estaba Marcos tendido en el suelo, sosteniendo con su mano izquierda su mochila roja, la que le había regalado su madre y Mariela al inicio del año escolar y en su mano derecha un libro o al menos eso pensó Mariela. Ella incrédula de la escena que veía camino, como evitando seguir para no hacer realidad su visión, una vez junto a su hermano se arrodilló y con suavidad le tocó su cara, ahí estaba Marcos, con una expresión serena, su rostro sucio por el aconteciento, acompañado de gotas de color rojo, de fondo gritos, llanto, humo, fuego, fierros y ese particular olor. Por un momento solo fueron Mariela y Marcos, dos hermanos que siempre habían estado juntos, que se amaban, que eran cómplices, que eran amigos, dos almas que eran todo el uno para el otro... Mariela se recostó junto a su hermanito, lo abrazo como cuando eran pequeños y se protegían de las noches de tormenta, lo sostuvo como aquella hermana que es el cobijo de su pequeño, lo acaricio para que su cuerpo ya no sintiera dolor. Y ahí mientras todo el mundo seguía en movimiento Mariela y Marcos detuvieron el tiempo.

 

NUESTROS LAZOS 

Nacimos del mismo cuerpo 

Fuimos formados del mismo molde

Fuimos juntos, dos amigos 

Comprensivos, obediente 

Dos traviesos en la vida 

Pero siempre los dos juntos 

Tu mi hermano y compañero 

Mi pequeño hasta la muerte 

Mi sendero de tu mano 

Me acompañas para siempre 

Eres mi vida, mi amigo

Mi vínculo existente 

No me faltes te lo pido 

Yo me muero, si te mueres.

 

*Existen amigos que se transforman en hermanos y hermanos que serán siempre nuestros amigos, valoremos los nuestros, ya sean de sangre o de apego.. que la vida es muy corta, siempre saldrás de casa, no sabes si volverás a ella*

FÉNIX.-/🪶