Todos los días ella tomaba su té con limón y él un cortado con una media luna. Todos los días ellos, solamente ellos en la amplitud del bar, separados por mesas y sillas vacías. Se miraban todos los días. A ella le atraía él. A él le gustaba ella. Todos los días ella deseaba que él se acercara y le hablara. Todos los días él creía animarse y no lo hacía.
Un lunes se toparon frente al bar. Ruborizados, bajaron la mirada frente a la cortina metálica. Luego leyeron a la vez el pequeño cartel: \"CERRADO DEFINITIVAMENTE. LA CRISIS ECONÓMICA ACABÓ CON NUESTRO SUEÑO. LA EMPRESA\" Se dieron la espalda y cada uno tomó un rumbo opuesto.
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