La Vigía Insomne
(Wcelogan)
En el vasto lienzo del cielo
una esfera pálida respira,
un sueño obstinado
que se niega a morir.
Su claridad —leve mortaja—
rasga la penumbra
de un mundo dormido.
Las estrellas hilan rumores:
cada brillo, un pulso sordo;
cada silencio, un deseo oculto.
Camino bajo su mirada:
los árboles murmuran,
sus hojas guardan amores
ahogados sin ruido.
Ella —la alta vigía—
no concede alivio;
en su calma tensa
se arremolinan mis dudas.
Las calles vacías recuerdan
lo que la aurora devoró.
Hoy, su reino frío
me arrastra en su reflejo.
Surgen memorias,
fragmentos de risas y pérdidas.
En su resplandor descubro
la sombra de un amanecer oculto.
La guardiana también sueña:
rostros que cruzan distancias,
corazones que respiran sin cuerpo.
Su aliento me envuelve;
la noche se desborda.
El tiempo se detiene,
y mi alma flota con ella
en este silencio estrellado
que resguarda lo que callamos.