Sueño de un oro maderal,
Vestido de mujer, arde en mis ojos,
¿A esto se refería Silvio?, cuando dijo...
\"No puedo dejarte de ver, arañando el silencio con tus ojos\"
Pues...
No puedo dejar de beber,
Del sublimico manantial,
En el que a mi parnaso ardiente sumergí,
Bajo un intrínseco estelar,
Y del cual, no puedo dejar de morir,
Refiriendome hacia ella, atemporal.
¿Y ahora qué?
Si ya vertí un canto alindo,
Y sobre si, impavido me revestí,
Y sobre mi...
Vertí sus espejismos mudos,
Como tenue madriguera,
Para mí corazón laberintico,
Crestado por muros flamigeros.