Sin compasión,
querían romperla
en mil pedazos,
niña de cristal y de pájaros
que tejía latidos y alas.
La dibujas sentada,
destellos descalzos que danzan
con el sombrero de paja
y la luz de sus ojos
reflejada en la laguna,
que tiembla deshojada
y la pura inocencia
se convierte en mujer.
Acequias de viento,
tormenta de pétalos de Luna,
reina de la sal,
magia y eternidad
sobrevuelan el horizonte
que traen la dicha
y la funden con el Sol.