Alejandro Tejero Escribano

poema de un adolescente revelde

POEMA DE UN ADOLESCENTE REVELDE

 

Me encontré un chico una tarde

Que la atención me llamó:

Persona no era, es robot.

Figura de adolescente

En su cuerpo conservaba;

Alma no manifestaba

Ni con la razón pensaba,

Pues mostraba su señal 

El andar de aquel Rapaz

Por las calles de Gijón.

No pude evaluar su pena

Ni el sentido del dolor,

Más no sentí compasión

Al saber su situación.

Sólo sin pretender siento

Desprecio por el temor

No sólo por su persona,

Sino el vivir sin amor.

Su mente es una ficción

Cerrada a la actualidad;

No le perturbará el ruido

Intenso de la ciudad;

Ni sirena policial;

Ni el grito de la gaviota;

De los niños sus jugadas

Su mente no alegrará

Ya no arde en su corazón

Fuego ardiente de ilusión

Que en fantasía frustró;

Solo vive en sí centrado

Donde nadie puede entrar.

Funciona el reloj biológico,

Pero no marca el cronómetro

De la persona normal. 

Su cerrazón no permite

Que yo pueda suplicarle,

Se rige no por cerebro

Sino sensores mecánicos.

No le funciona el recuerdo,

El cerebro ha sesteado,

Ha perdido por momento

El poder de decisión

 ¿ Cómo funciona la mente

 Del pobre infeliz Rapaz?

¿Qué pérfida arpía infame

Le ha dejado obnubilado?

¿Cegó el afán de riqueza?

¿Fue fantasía fatal?

¿Será ambición narcisista?

¿Desacuerdo familiar?

¿De sus padres la ruptura?

¡Sólo sabe que no es nadie!

En su interior triste herida

Su juvenil alma sufre,

No permite que se acerque

Persona que pueda herirle.

Déjame sentir que sienta

Tu dolor en mi persona

De esa herida que no sangra

Sin poder prestarte ayuda.

 Sus pasos se pierden porque

Piensa que nadie le entiende,

             Ni al cielo clamar se atreve.

             Lazo tirano destruya

Que le tiene en noche negra

Prisionero en cárcel falsa.                                        

 ¡Sé siempre valiente y fuerte!

 Que la `sinrazón´ no venza

Tu juventud temeraria,

Domando ese desbocado

Potro que tu vida altera.

No te olvides que en la vida

Te espera un largo destino:

 ¡El vivir es tan bonito!

 

 

 

 

POEMA DE UN ADOLESCENTE REVELDE

 

Me encontré un chico una tarde

Que la atención me llamó:

Persona no era, es robot.

Figura de adolescente

En su cuerpo conservaba;

Alma no manifestaba

Ni con la razón pensaba,

Pues mostraba su señal 

El andar de aquel Rapaz

Por las calles de Gijón.

No pude evaluar su pena

Ni el sentido del dolor,

Más no sentí compasión

Al saber su situación.

Sólo sin pretender siento

Desprecio por el temor

No sólo por su persona,

Sino el vivir sin amor.

Su mente es una ficción

Cerrada a la actualidad;

No le perturbará el ruido

Intenso de la ciudad;

Ni sirena policial;

Ni el grito de la gaviota;

De los niños sus jugadas

Su mente no alegrará

Ya no arde en su corazón

Fuego ardiente de ilusión

Que en fantasía frustró;

Solo vive en sí centrado

Donde nadie puede entrar.

Funciona el reloj biológico,

Pero no marca el cronómetro

De la persona normal. 

Su cerrazón no permite

Que yo pueda suplicarle,

Se rige no por cerebro

Sino sensores mecánicos.

No le funciona el recuerdo,

El cerebro ha sesteado,

Ha perdido por momento

El poder de decisión

 ¿ Cómo funciona la mente

 Del pobre infeliz Rapaz?

¿Qué pérfida arpía infame

Le ha dejado obnubilado?

¿Cegó el afán de riqueza?

¿Fue fantasía fatal?

¿Será ambición narcisista?

¿Desacuerdo familiar?

¿De sus padres la ruptura?

¡Sólo sabe que no es nadie!

En su interior triste herida

Su juvenil alma sufre,

No permite que se acerque

Persona que pueda herirle.

Déjame sentir que sienta

Tu dolor en mi persona

De esa herida que no sangra

Sin poder prestarte ayuda.

 Sus pasos se pierden porque

Piensa que nadie le entiende,

             Ni al cielo clamar se atreve.

             Lazo tirano destruya

Que le tiene en noche negra

Prisionero en cárcel falsa.                                        

 ¡Sé siempre valiente y fuerte!

 Que la `sinrazón´ no venza

Tu juventud temeraria,

Domando ese desbocado

Potro que tu vida altera.

No te olvides que en la vida

Te espera un largo destino:

 ¡El vivir es tan bonito!