POEMA DE UN ADOLESCENTE REVELDE
Me encontré un chico una tarde
Que la atención me llamó:
Persona no era, es robot.
Figura de adolescente
En su cuerpo conservaba;
Alma no manifestaba
Ni con la razón pensaba,
Pues mostraba su señal
El andar de aquel Rapaz
Por las calles de Gijón.
No pude evaluar su pena
Ni el sentido del dolor,
Más no sentí compasión
Al saber su situación.
Sólo sin pretender siento
Desprecio por el temor
No sólo por su persona,
Sino el vivir sin amor.
Su mente es una ficción
Cerrada a la actualidad;
No le perturbará el ruido
Intenso de la ciudad;
Ni sirena policial;
Ni el grito de la gaviota;
De los niños sus jugadas
Su mente no alegrará
Ya no arde en su corazón
Fuego ardiente de ilusión
Que en fantasía frustró;
Solo vive en sí centrado
Donde nadie puede entrar.
Funciona el reloj biológico,
Pero no marca el cronómetro
De la persona normal.
Su cerrazón no permite
Que yo pueda suplicarle,
Se rige no por cerebro
Sino sensores mecánicos.
No le funciona el recuerdo,
El cerebro ha sesteado,
Ha perdido por momento
El poder de decisión
¿ Cómo funciona la mente
Del pobre infeliz Rapaz?
¿Qué pérfida arpía infame
Le ha dejado obnubilado?
¿Cegó el afán de riqueza?
¿Fue fantasía fatal?
¿Será ambición narcisista?
¿Desacuerdo familiar?
¿De sus padres la ruptura?
¡Sólo sabe que no es nadie!
En su interior triste herida
Su juvenil alma sufre,
No permite que se acerque
Persona que pueda herirle.
Déjame sentir que sienta
Tu dolor en mi persona
De esa herida que no sangra
Sin poder prestarte ayuda.
Sus pasos se pierden porque
Piensa que nadie le entiende,
Ni al cielo clamar se atreve.
Lazo tirano destruya
Que le tiene en noche negra
Prisionero en cárcel falsa.
¡Sé siempre valiente y fuerte!
Que la `sinrazón´ no venza
Tu juventud temeraria,
Domando ese desbocado
Potro que tu vida altera.
No te olvides que en la vida
Te espera un largo destino:
¡El vivir es tan bonito!
POEMA DE UN ADOLESCENTE REVELDE
Me encontré un chico una tarde
Que la atención me llamó:
Persona no era, es robot.
Figura de adolescente
En su cuerpo conservaba;
Alma no manifestaba
Ni con la razón pensaba,
Pues mostraba su señal
El andar de aquel Rapaz
Por las calles de Gijón.
No pude evaluar su pena
Ni el sentido del dolor,
Más no sentí compasión
Al saber su situación.
Sólo sin pretender siento
Desprecio por el temor
No sólo por su persona,
Sino el vivir sin amor.
Su mente es una ficción
Cerrada a la actualidad;
No le perturbará el ruido
Intenso de la ciudad;
Ni sirena policial;
Ni el grito de la gaviota;
De los niños sus jugadas
Su mente no alegrará
Ya no arde en su corazón
Fuego ardiente de ilusión
Que en fantasía frustró;
Solo vive en sí centrado
Donde nadie puede entrar.
Funciona el reloj biológico,
Pero no marca el cronómetro
De la persona normal.
Su cerrazón no permite
Que yo pueda suplicarle,
Se rige no por cerebro
Sino sensores mecánicos.
No le funciona el recuerdo,
El cerebro ha sesteado,
Ha perdido por momento
El poder de decisión
¿ Cómo funciona la mente
Del pobre infeliz Rapaz?
¿Qué pérfida arpía infame
Le ha dejado obnubilado?
¿Cegó el afán de riqueza?
¿Fue fantasía fatal?
¿Será ambición narcisista?
¿Desacuerdo familiar?
¿De sus padres la ruptura?
¡Sólo sabe que no es nadie!
En su interior triste herida
Su juvenil alma sufre,
No permite que se acerque
Persona que pueda herirle.
Déjame sentir que sienta
Tu dolor en mi persona
De esa herida que no sangra
Sin poder prestarte ayuda.
Sus pasos se pierden porque
Piensa que nadie le entiende,
Ni al cielo clamar se atreve.
Lazo tirano destruya
Que le tiene en noche negra
Prisionero en cárcel falsa.
¡Sé siempre valiente y fuerte!
Que la `sinrazón´ no venza
Tu juventud temeraria,
Domando ese desbocado
Potro que tu vida altera.
No te olvides que en la vida
Te espera un largo destino:
¡El vivir es tan bonito!