María José Irigoyen

DE VIAJES Y OTRAS PERTURBACIONES

 

​Huele a inocencia. 

Mi niña perdida

con ojos medio abiertos

pelea con el viento

que escupe día y noche

su maldita, sola

y triste realidad.

 

Huelo la misma oscuridad

en las rutas,

en las calles,

Pasa andando

huérfana con madre

perdurable huella de

inocencia ambulante

de la mano con el llanto

de la mano con sus penas.