Un motivo es necesario cuando el mundo
No ofrece más que ruina, caos y temor
un motivo que sostenga entre tanta confusión
Eso que nos anime cada día a trabajar
Aunque en vano parezca siquiera respirar
Algo intangible que no requiera explicación
Como germen dormido que el sol decide encarar
Aun cuando oculta por gruesas nubes esté su luz
Un motivo envuelto en el corazón
Que sin saber cómo de algún modo se empieza a sentir
Y de a poco vamos desenvolviendo con ilusión
Hasta comprender que hay razón para existir
En la transitoria tribulación no se ahonda el dolor
Pues alguna mano misteriosa aligera el pesar
Entonces el rostro compungido se endereza
Y una débil sonrisa por fin se pliega convencida