Me cansan estas calles,
de gente que no habla,
mueven los labios,
pero no hablan.
Mueven pasiones,
y observan de soslayo,
como si el de al lado
fuera un extraño.
Me cansa esta ciudad,
de damas y señores,
de rostros perdidos
en sus celulares.
Cambiaron la lengua
por los pulgares,
las miradas directas
por fríos cristales.
Cambiaron sus almas
por el mar de las redes,
y el calor de un abrazo
por stickers y avatares.
Y yo, que busco voces,
y palabras de verdad
me pierdo en el túnel
de este mundo digital.