¡Ay, verdugo salvaje!
terrible como el cíclope más grande,
pulpo de la muerte...
Tiembla el aire,
por la daga sumergida en el vientre,
del seno de una madre...
Lucifer implacable,
actuando en el quirófano parece...
Lo que latía muere...
¡Adiós, querida madre!
cuando recuerdes este día sin nombre,
te hablará mi muerte...