Hektor Bressot

lienzo I - < kamvás >.

 

 

Cincelazos,

infantiles al inicio;

complejos hasta que alguien

enseñe a pintar.

 

Traté de aprender.

Decidí hallar otro arte

capaz de describirte.

No lo conseguí.

 

Luz surgió en vaharina,

sacaron del limbo.

Resurgí en base

al calor del mediodía.

 

Encontré nuevas rutas

cuando sostuve

mano prodigiosa.

 

Debilidad

volvió a abrigarme.

Inútilmente, 

quedé prendido.

 

Sinestesia

saborea colores.

Trazos constantes

fueron clímax de tardes.

 

Letras usadas

llevaron recado:

poesía, esfuerzo por el habla.

 

Aún así, definir es limitar.

Paseamos en sueños,

a la fría Antártida.

 

Te quisiste perder,

no dejo que te vayas.

 

Perseguí esas bahías,

tu obsesión,

danzantes de mar,

el deseo de ser libre.

 

Lejana,

quédate en mi mente;

allí perteneces.

 

Tonalidades únicas, regalo de mi artista.

 

Trazos hechos 

en nuestra historia:

descuidados,

ajenos a un orden, simetría.

 

Lienzo tambaleante.

Tiempo desgastó

pigmentos cerceta e índigo.

Esa obra sigue siendo perfecta.

 

‘Amo el secreto’ - me susurró un pintor.

No sé dibujar

aquel cuadro:

pintura atemporal,

belleza del conocerte.


No termino ese lienzo. Donde inspiración habite, ahí continuaré.