JAGC

VANIDAD

 Sufrí,  desde el altivo cénit de mi vanidad,

la fatua fe de mi egoísmo impuro

al pretender tu amor sin más apuro

que tu alma, el tiempo y su leve cantidad.

 El tiempo se agrandó, y en su realidad,

se alió con el destino, en un conjuro

de amor que ocupará mi ruin futuro

mostrándome así mi pobre calidad.

 Ahora deambulo enamorado

sintiéndome perdido en mi fracaso,

odiándome, como odia el vanidoso

 su propia necedad de mentiroso,

llorando por mi amor, que es todo ocaso

y por tiempo y destino repudiado.

 

 

JOSE ANTONIO GARCIA CALVO