Ya se retira la noche
abriendo al día las puertas.
.
Detrás de violetas montes,
se ve una pálida luna,
y reticentes estrellas.
Es esa mágica aurora
que a los amantes despierta.
Tu voz fue un suspiro apenas.
Mi voz en esos albores,
como un nido de culebras.
Como un jinete iracundo
que apretara sus espuelas
a un cordero cabalgado
sin piedad por las estepas.
Amor, ¿sientes tú mis manos
acariciando tus piernas?
Cubierta de un velo ambiguo
tras de una pared incierta
soñabas lejanos mundos.
Yo iba abriendo las puertas
hacia oníricos lugares
para que tú los vivieras.
Tan solo una vez se vive...
Y lo demás, es quimera.