I_KENNETH

OLLA DE CANGREJOS PARA EL ALMA

Una olla humeante,

rebosante de cangrejos vivos y recuerdos,

con ese olor a costa,

a sol pegado en la piel,

a casa y a infancia.

 

El vapor trae voces,

risas que el viento nunca se llevó.

No es solo comida:

es un ritual antiguo,

una fiesta que cura el alma.

 

Se come con las manos,

con el corazón desarmado,

se ríe con la boca llena,

se chupa el jugo con los ojos cerrados,

como si el mar te abrazara desde adentro.

 

Cada cangrejo es una historia,

una tarde en la playa,

una carrera descalza por la arena,

mi abuela diciendo “coma, mijito, que esto da fuerza”.

 

Y mientras el caldo hierve,

también hierven los recuerdos,

el amor simple, salado,

ese que no se olvida.

 

Porque a veces,

lo único que necesitas

es una buena olla,

una mesa llena de cariño,

y un poco de mar para el alma.