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IV

Esto que vivo no se llama realidad,

Es un poco más,

Tan palpable como decir que ahora respiro,

Tan sofocante que no puedo respirar.

 

Esto que sigo no es un sendero normal,

Adornado por maravillas,

Es mucho más que mil gravillas,

Es como un río que sale al mar.

 

Esto que añoro no es fatalidad,

Ni se cura con paciencia,

Tiene un poco de locura y es serena,

Es serena sí, pero a veces pierde la cabeza.

 

Esto que justifico no es molestia,

Aunque sugiere protesta,

Tiene amena permanencia en lo divino,

Es un toque de modestia en lo preciso.

 

Esto, amor mío, no es calumnia,

Pero cuesta creer,

Tan omnisciente como un dios verdadero,

Clama porque sea la confianza nuestra fé.

 

Esto y aquello que sientes,

Tal como lo siento.

 

Como un denso aguacero inquieto,

Que no es soluble ni se vierte,

Que se cataliza con una letra,

Para expresar un placer que adquiere.

 

Esto amor mío para algunos,

Es una enfermedad que se padece,

Que se alivia con algo ajeno,

Más allá de lo que en verdad se quiere.

 

Esto amor mío no se llama realidad,

No es un sendero normal,

No es fatalidad,

Que justifica una molestia,

Esto amor mío no es calumnia,

No es una tonta ilusión,

Es aquello que tal ves sientes

Tal y como lo siento yo.