Tengo un océano de aromas eternas,
y me hago humo en la nada de la tarde
con la música de tu amor.
Oh, Padre eterno, soy tirado bajo el polvorín con mi boca muda
y oliendo a leña la brisa
barre el silbato de los chirihues.
Hay veces que la preciosidad de Dios Ruge de repente.
Y ¡ah! caigo porque pierdo mi equilibrio..
Y ¡ah! canto como el que canta:
tú significas amor, fe, tu eres el milagro.
No es cierto que nada me faltará...
Sino que Adonai es mi Pastor
\"Nada me falta...\"
(Derechos reservados del