¡BUSCAME!
Miro al cielo y creo que ya no vuelo,
miro un río… y no sonrío.
La emoción de ver la lluvia caer
parece no volver.
¿Dónde estás? ¿Te has escondido?
Tu inocencia no resuena en mi oído,
no veo tu pureza,
no siento la imaginación;
los deseos y la picardía encendida… se han ido.
¿Se disolvió acaso?
¿Se enredó en lo profundo
del pensamiento de un hombre adulto?
¿Se desvaneció acaso
en el afán de lo efímero?
La verdad… no sé.
No sé dónde empezar,
no sé dónde termina,
no sé si aún quiere volver,
no sé si está asustado,
no sé si llora.
Solo sé que no ríe,
solo sé que está solo…
solo sé que ¡aún vive!
-Estoy congelado en recuerdos,
eternos, que nunca cambian.
Siempre juego, corro y canto en ellos;
eran nuestros…
ahora míos.
No recuerdo cuándo te aburriste de mí,
no recuerdo cuándo cumpliste
más años sin mí.
Éramos uno, ¿lo recuerdas?
Éramos piratas, policías y ladrones.
No me buscaste más,
no te despediste,
no me preguntaste,
no me avisaste… ¿cuándo volverás?
Y ¿Que si lloro? Pues...
cuando quiero llorar...
corro, busco, llamo, beso y abrazo muy fuerte a mi mamá,
pues ella ¡vive aquí! es perenne en mi.
¡Oye!
Cuando quieras jugar, ¡búscame!
Cuando quieras recordar, ¡búscame!
Cuando quieras amar, ¡búscame!
Cuando te quieras encontrar…
BÚSCAME.