La luna rodaba
entre sueños despiertos
oraciones y rezos
de los que pedían pan.
Rodaba la luna
igual que un sabueso
alumbrando los huesos
de los que duermen mal.
Benditas las calles
que abrigan desiertas
las almas aquellas
que solas están.
La luna rodaba
y se lamentaba
toda la noche
consolaba con afán.
Y sus bríos daba
a aquellos poetas
que a sus musas nocheras
sus versos cantaban
mientras la luna rodaba.