I
Carretera colombiana,
por la que alegre bogo;
en tus aires desahogo
la efigie macondiana,
mientras cuita aliviana
tras curvos y llanos tramos,
pues en ellos encontramos
sosiego por tus paisajes,
belleza de mil parajes
que con orgullo mostramos.
II
Entregado a tus fauces,
me arropa negra noche,
viajando en raudo coche
o caminando con sauces,
para descubrir los cauces
que son venas de la región,
desplazándose cual legión
envuelta en estandartes,
inspiradora de artes
cuya patria es religión.
III
Longa sierpe asfaltada,
¿a dónde tú me llevarás?
¿Con mi latir acabarás
o mi suerte abultada
dejará mi faz soltada
de todo banal capricho?
Aunque así me desdicho,
soy otro impermanente
del que no hay remanente,
pues aire es lo ya dicho.
IV
Enséñame los poblados
abarrotados de gentes,
cuyos pedidos ingentes
no se dan solo hablados,
pues aunque vayan doblados
son de arrojo la muestra
que injusticia secuestra
entre tanta adversidad,
cuya vasta diversidad
la hacen penuria nuestra.
V
Aun así, en los grises
que a diario ves te visten,
con pundonor bien resisten
desde todos los matices
los que llevan cicatrices
de la guerra que, de pardo,
tiñó tu vía y fardo,
sembrando en tus orillas
cruces en distintas millas
para que clame un bardo.
Ryan Pires ___✍🏽©