Dios,
escucha mi llanto en esta noche tan fría.
Escucha mi corazón gritando,
piedad… oh, piedad.
No aguanto más, mi Dios.
Estoy cansada de este mundo,
pero en lo más profundo de mi ser
aún deseo despertar
en un bello amanecer
y poder decir:
gracias por tan bella vida.