Ivette Urroz

Encerrada entre verbos

He encerrado el alma entre verbos tantas veces

que me acuso en la sombra arrebatada,

cuando el este trae su gris errante

y el signo del presagio teje su raíz

bajo el consejo de la memoria.

 

Hace décadas, tu cetro espectral

se inspiró en la esfera del rito,

frente a la revelación del mundo sobre lunas heridas;

y en la soledad de piedra, leve, latía lo divino.

Me amparaba tu yugo, la fiereza de tus labios.

 

Ahora asciendo a la piel de tus saberes.

Pálida voluntad, árido desierto, tu gesto sin fulgor

anuncia los inviernos del desaliento,

el relámpago del ángel que disuelve la carne,

el destello que calcina el arbusto exhalado.

 

Aquí, entre movimientos de platino susurrante,

te distingo: figura exacta, guardada en la lagrima

de la sugestión, átomo de los días.

Ivette Mendoza Fajardo