El viento canta una canción
mientras sonríe la mañana,
con un susurro suave y dulce,
que llena el alma de paz.
La luna se marchó brillando,
las estrellas la rodeaban,
como diamantes en el cielo,
que titilan sin cesar.
Mientras uno que otro poeta
se inspira en ella,
y escribe versos de amor,
con el corazón lleno de emoción.
La naturaleza es su musa,
su fuente de inspiración,
y en cada detalle encuentra
un motivo para soñar.
En el canto de los pájaros,
en el murmullo del río,
en el susurro del viento,
encuentra la inspiración.
Y así, con cada palabra,
con cada verso y cada rima,
el poeta plasma su alma,
y la hace vivir en la poesía.
La naturaleza es su refugio,
su lugar de encuentro,
donde puede ser él mismo,
y dejar que su corazón cante.
Por: Alex Palacios