Me olvidé de mí, en el camino o tal vez en la esquina,
me perdí en la oscuridad de mi alma, la cual ya carecía.
Dejé de ser yo y olvidé ser quien, para ser lo que debería,
me abandoné o ya no existía, sin darme cuenta, sin luchar perecía.
Mi voz se apagó, mi corazón se durmió,
mi alma se escondió para dejar de ser yo, aquel hombre sufría.
Me convencí de que no era suficiente, de eso ya era consciente,
de que no era digno, de que no era amado.
Pero la verdad es que me ya me había abandonado.
me dejé ir, sin luchar, sin forcejeo.
Me olvidé de mis sueños, mis deseos,
mis miedos, mis debilidades, mis fortalezas.
Me abandoné, y me convertí en nada después de ser todo. No lo miraba, me abandone y no sabía nada.
Me he convertido en un ser que ha olvidado, algo muy importante que busca insesante recordar algo importante.
04/11/2025
Angel Gabriel cortes jose