Allí está en el limonero
volando sobre las ramas,
mostrando sus grandes alas
el cenzontle limosnero.
Mendigando melodías
entre murmullos del viento
y así como él, yo lo siento,
el pasar mis tristes días.
Guardo para mí, la risa
y el amor en el invierno,
aunque mi corazón tierno
le pertenezca a la brisa.
Entonces ¿por qué tu cantas?
Al cenzontle pregunté.
Mirándole reclamé.
Si nadie escucha tus anchas.
Jamás imaginarás
que me hace sentir el canto
por las noches cura el llanto
eso no lo cambiarás.
No quiero cambiar tu canto
le respondí al pajarito
porque se me hace bonito
y me enamora tu encanto.
Tu no detengas mi canto
y deja que mi alma siga
que dios solo te bendiga;
continúa mientras tanto.
Y allí está en el limonero
volando sobre las ramas,
mostrando sus grandes alas
el cenzontle limosnero.