Las noches en que la luna estaba llena, él y ella se sentaban en el balcón, rodeados de sombras y luz plateada. Era entonces cuando ella se sentía cómoda para abrirse y compartir sus heridas más profundas. Él la escuchaba con atención, sin juzgarla, mientras ella hablaba de sus miedos y sus dolores.
Algunas noches, las conversaciones se volvían difíciles de terminar. Las palabras se quedaban suspendidas en el aire, pesadas y dolorosas. Pero él siempre estaba allí, escuchando y apoyándola, incluso cuando las palabras no eran suficientes.
En esos momentos, él la tomaba de la mano y la miraba a los ojos. \"Estoy aquí para ti\", le decía. \"No estás sola\". Y ella sentía que, poco a poco, sus heridas comenzaban a sanar, gracias a la presencia y el amor de él.
*Encontrar el alma adecuada para continuar tu paso por la vida, es un privilegio que solo algunos pueden obtener*
FÉNIX.-/🪶