El Corbán

EL GIRASOL DE LA GRIETA

Brotó en la grieta, al borde del desvelo,

donde ni el polvo quiso florecer,

miró hacia lo alto, interrogando al cielo,

y el cielo, mudo, no quiso responder.

 

Le habló del sol, del pacto y de promesas,

del Dios que al justo dijo proteger,

mas solo oyó del viento las vilezas,

y el eco seco del no comprender.

 

Su tallo se inclinó, mas no en plegaria,

ya no buscó milagro ni perdón;

su fe murió, cual zarza solitaria,

ardiendo en sombra, sin revelación.

 

Ni Job, ni Elías, ni el cantor del salmo,

pudieron darle voz ni compasión;

solo quedó su forma, su retablo,

de resistencia… sin redención.

 

Y así quedó, mirando la espesura,

sin fe, sin sol, sin cielo ni color,

pero erguido aún, venciendo a la amargura,

el girasol… con solo su valor.