Volveré al reino de las caricias
de los besos,
de las manos traviesas,
donde el tiempo jugando escondidas
pasaba despacio y no lastimaba,
la pasión y la ternura se vestían de dulzura
Y habitaba la grandeza de la compañía
que hacìa pequeño el mundo comparado
con lo que teniamos.
En el exilio del reino de los atardeceres rosa
donde el deseo calentaba el amanecer,
la ausencia permanece despierta noches completas y
amaneceres complejos.
Volveré al reino de las caricias,
de los besos,
de las manos traviesas,
donde el tiempo jugando escondidas
pasaba despacio y no lastimaba.
-Aunque solo haya vestigios de lo que fue.-
Eva Estella Parejas Manzanal