Mi voz retumba en mi pecho
pues le grito a mis adentros:
No pasa nada, estás hecho
para aguantar desencuentros,
para soportar ciclones
de angustias y de tormentos.
Estarás bien, como siempre
jamás doblegas tu empeño,
no importa que sea diciembre
y el dolor se haga tu dueño.
No hay festejo que conforte
la ausencia de amor eterno.
Mi voz retumba en mi pecho
ausente escucha mi alma,
y mi corazón maltrecho
gritando fuerte reclama.
Y solo me queda por lecho
la ausencia de tu mirada.
03 noviembre 2025