De Cortázar, la retorica
de Bolaño, la lírica ebria
de Sabines,
el amor marchito:
la espera,
eterna despedida.
Así conversan mis noches
licor de palabrería
soledad
luna sin estrellas
alquitrán
indefinido tiempo
del duelo y la soledad
y las preguntas
y akudopik y diazepam
jazz de taberna.
Soy ese que vaga las noches
incipiente artería
de voces recuerdos
que ya no pesan
como el humo del cigarrillo
que pasa sin pena.
Son honestos los atrevimientos
fugaces
las luces que copian
las estrellas muertas
del firmamento
luceros eran sus ojos
las luces,
migrañas son ahora
la pureza, no logran
igualar a la de su hermosa candela.
Cómo transcurren los días
sin brillo,
amaneceres de oscuros cielos
arropado de los paisajes
que Lynch obsequio
a los solitarios
en el misterio de otros universos
nuevas preguntas
sin respuesta.
Para estos cansados
que caminan de rodillas
aligerándoles las penas:
sus pesadillas,
universos llenos de misterios
para esta noche
ausente de luna y sus estrellas.