Delalma

UNA MUJER AJENA

Encadenado a tus ensueños,

desde que te conocí, así vivo…

sabiendo que nunca he de tenerte

no era éste el tiempo para conocernos.

 

Rico soy en sentimientos para darte…

más la aurora de tu cuerpo y el sol de tus caricias

amanece en otra cama, con otro cuerpo…

con el dueño de tu amor y pensamientos.

 

No encuentro calma en mis desvelos…

me abruma la penumbra esperando un nuevo encuentro,

y tengo celos de la noche y sus secretos,

me aborrecen ya las horas, de tanto que te nombro.

 

Es que pienso sólo en ti…

y en la noche que me diste en desatino,

al cabo me dijiste que,  ya no era el momento…

que tu unión valía más que mil noches de sexo.

 

Doloroso despertar… 

escuchar de tus amados labios...

la triste despedida, aunque el amor se queda…

consumiéndonos por dentro.

 

¡No me conformo... Esperaré por ti,

 aunque  deje la vida en esa espera,

cruel es el castigo por haberme enamorado,

de una mujer ajena!

 

Delalma

Sábado, 27 de noviembre de 2010