Desgarrando los relojes
entre los ovarios del tiempo
los recuerdos son derroteros
topacios en sí mismos
desertando entre señuelos.
Tratando de añadir
el bálsamo…
que conserve las caricias
y entre las yemas se oprime
por tacto de pura pericia.
En esa savia que me diste
en vaivenes de atardeceres
tu cuerpo prisión de mis letras
y tu aroma de mis verbos.
Y en esos poemas posesos
que implanté para inspirarme,
deletreando este amor
y su pasión delirante.