Amargo elixir que todo lo corrompes
espumoso, espeso, milenario
el beberte es obra de algún diablo
que me susurra que no pida la cuenta.
La copa ya deshecha, me pide otra vuelta
la moneda gira y cae, cansina la espera
y te beso sin tapujos, saboreo las penas
de peleas, cuchillos y plomo que recorren mi lengua.
Y la taberna ya vacía me pide respuestas
corto con la rima de un modo voraz
la botella, hija inservible del guerrero
la que no debió nacer, la que nunca vi llorar.