Necesito un poco de tiempo
para resolver mis sentimientos.
No sé si lo que siento es culpa,
nostalgia, o una plegaria rota.
He intentado hablarle al cielo,
pero las palabras se disuelven
como humo en la madrugada.
Quizás no se trata de entender,
sino de aprender a estar quieto,
de dejar que el alma respire
entre el ruido y el arrepentimiento.
A veces creo oír tu voz,
en lo simple, en lo pequeño,
en el murmullo del viento
que me recuerda que aún existo.
Y mientras tanto espero,
sin certezas, sin respuestas,
solo con este corazón cansado
que sigue intentando creer.