Tengo para ti
un remanso de ternura,
un rosario de estrellas
que brillan junto a la luna.
Tengo las suaves caricias
de una mañana de lluvia,
tengo el cálido manto
de esas noches oscuras.
Tengo el sabor dulcito
de algunas frutas maduras,
tengo un corazón alegre
ajeno a las amarguras,
y tengo entre mis manos
la llave de tu cerradura.
Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.